"El juego es una de las acciones más difíciles de definir. Es una acción muy compleja y culturalmente vigente, presente y que constituye la cultura en la que vive. Forma parte del patrimonio cultural, no se puede separar sociedad humana de juego. El jugador, el chico que juega, independientemente de la edad también crea esa cultura. Esa cultura, a través del juego, constituye al sujeto, y el sujeto, a través de su acción lúdica también construye cultura".
La definición corresponde a Patricia Goicochea, miembro de la comisión directiva de OMEP (Organización Mundial para la Educación Pre-escolar), profesora de Educación Inicial y licenciada en Tiempo Libre y Recreación. Es especialista en Educación Infantil (UBA) y dicta "Juego en la educación inicial" y "Taller de Juego" en profesorados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También es autora de los lineamientos curriculares para el Taller de Juego (Ministerio de Educación del Gobierno de la CABA) y coordina las ludotecas del Normal Superior N°1 y del IFD del Normal N°4.
La especialista agrega que "cada persona responde sobre el juego desde su propia experiencia. Pero uno podría decir que el juego es una acción libre, y esto quiere decir: libre para el jugador, que el jugador tiene que poder elegir jugar o no jugar".
Explica que "juego y recurso didáctico no son lo mismo.Hay muchos juegos que se usan como recurso, como herramienta, como medio para. Sin embargo, en esa situación, el mismo juego no sería juego. ¿Cuándo se puede constituir en juego? Cuando los chicos pueden elegir libremente jugar a ese o al otro, o al otro, o al otro… Pero para eso, primero hay que enseñarlo y luego dar la oportunidad de ser jugado, porque a jugar se aprende jugando y repitiendo. El juego cambia y yo también cambio".
Describe que "en el juego tiene que haber desafío, una cuota de riesgo, de incertidumbre, y sabemos que nunca hay un riesgo real, porque sabemos que el juego se construye en un ambiente ficcional. El juego tiene un principio y tiene un final. Entro en esa situación y salgo para poder volver a entrar y cuando vuelvo a entrar, vuelvo con otras herramientas, por eso cuando juego, aprendo".
Goicochea apunta que "también es una actividad libre, con acción y con movimiento y no sólo con movimiento en el espacio. Ese movimiento es además cognitivo, emocional y motor. Por eso, cuando los jugadores jugamos estamos en una situación de aprendizaje muy integral".
¿Cómo se incorpora la diversidad al juego?
Cuando uno ofrece diversidad de propuestas lúdicas, ya sea juegos de persecución, juegos de tablero, juegos de palitos chinos… Si estamos hablando verdaderamente de un repertorio amplio, con muchas categorías, lo que va a pasar ahí es que hay chicos más afines a determinados juegos y otros que no; algunos brillan y otros pasan desapercibidos. Eso también lo que hace es que la dinámica grupal se mueva. Mientras se mantenga en el tiempo la oferta lúdica tenemos esa oportunidad; por un lado lo que no me salía después me salga y que mi autoestima suba; y por otro también aprender que hay cosas que no me gustan y cosas que no me salen. En la diversidad lúdica va a estar expresada la diversidad del grupo.